Las profundas transformaciones de los modos de vida en las áreas rurales, estrechamente ligadas a sistemas productivos de escala local, relegaron a las aldeas de su papel como organizadoras del territorio.

Esta desestructuración del territorio gallego, junto a las dinámicas de desagrarización globales, se manifestó en la pérdida de población, deterioro de las construcciones rurales, abandono de tierras y desaparición de saber locales. Como resultado, los incendios forestales se acercan cada vez más frecuentemente a los núcleos de población rurales.

Con el objetivo de atender a estas problemáticas del rural, la Consellería de Medio Rural aprobó la Ley 11/2021, de 14 de mayo, de recuperación de la tierra agraria de Galicia. Entre otros instrumentos incluidos dentro de la ley se encuentra la aldea modelo, una herramienta para reactivar las tierras productivas y rehabilitar los núcleos con el fin de fijar población, atraer nuevos residentes y fomentar iniciativas económicas basadas en los valores locales.

La declaración de una aldea modelo, según la normativa vigente, será motivada por el ayuntamiento interesado y aprobada por el Consejo Rector de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (AGADER).

Esta potencial aldea modelo debe justificar una grave situación de abandono por lo menos en la mitad del perímetro trazado, la existencia de características productivas favorables y la voluntad de sus propios habitantes en formar parte de este instrumento mediante la cesión de las parcelas productivas al banco de tierras.

Actualmente, hay 27 aldeas modelo aprobadas en Galicia. La mayor parte se encuentran en la provincia de Ourense, donde se aprecia una concentración de municipios con aldeas modelo en las áreas de montaña, donde el efecto de la despoboación es mayor. Del mismo modo, las aldeas se localizan próximas a espacios con valores naturales ecológicos amparados por figuras de protección de distinta índole.

La aldea modelo va asociada a la redacción de dos documentos: la Guía de ordenación productiva (GOP), cuyo ámbito de aplicación es el suelo rústico incluido en la delimitación de la aldea modelo, y el Plan de dinamización (PD), aplicable, total o parcialmente, en el suelo de núcleo rural.

Por una parte, el GOP, elaborado por AGADER, determina y delimita los usos productivos susceptibles para la explotación nos terrenos adyacentes a los núcleos, identificando los aprovechamientos preferentes y secundarios según el punto de vista económico, técnico, social y ambiental.

El PD, por otra, incorpora actuaciones sociales, económicas, tecnológicas, arquitectónicas y de renovación y rehabilitación urbana. Debe incluir cuestiones como la mejora de la habitabilidad, implantación de sistemas alimentarios locales y de corta comercialización, estrategias para la generación de valor añadido en los productos agroalimentarios, modelos de negocio local sostenibles, etc.

Su objetivo es coordinar la entidad pública con la privada para impulsar las dichas medidas.

La Fundación RIA trabaja en la elaboración de dos Planes de dinaminzación en dos aldeas modelo piloto: Muimenta (Carballeda de Avia) y Trascastro (O Incio).

En la elaboración de estos documentos se tienen en cuenta factores como el estado de la edificación y el espacio público, la accesibilidad a equipaciones y servicios y la otros indicadores de carácter social y económico.

Es fundamental que la experiencia de las aldeas modelo sea percibida positivamente por la población local y que represente una oportunidad para mejorar su calidad de vida y garantizar su futuro en la aldea. Para eso, el proceso los integrará en la toma de decisiones y las primeras actuaciones atenderán sus necesidades prioritarias.